Para mí, que me metí en el mundo de los cantautores y la poesía empujado por mi devoción por la canción de autor de los 70 abanderada por Paco Ibáñez, Lluí Llach, Luis Eduardo Aute, Victor Jara, Raimon o Pablo Guerrero (entre otr@s), tener la oportunidad no solo de participar en algo tan emotivo como el concierto de AMCA en homenaje a José Antonio Labordeta, tan solo unos meses después de su muerte, sino de también diseñar las portadas del disco, fue un gran honor que intenté abordar desde mi posición más humilde.
Intenté dejarme de fotomontajes y reatratos hiperrealistas a carboncillo (sin menosprecierlos) y lanzarme en busca de la esencia, de la pureza y de descubrir lo básico, lo primordial, expresar lo máximo posible con bien poco y creo que estas portadas lo consiguen, siguiendo además la línea marcada por las portadas de mi primera maqueta, Revolución y continuada por las del Clave de Sol 7 también para AMCA.
Solo puedo disculparme por lo mal que salieron las dos canciones que interpreté en directo y que salieron en el disco, Ya ves, de Labordeta, y que creo que era esencial en ese momento, ya que se trata de una declaración de intenciones por parte del cantautor, aún después de su muerte, diciéndonos repetidamente y a grito sincero: <<Recuérdame como un hombre sin más>>. He de decir, que fue uno de los momentos más gratificantes de mi corta carrera musical, a ver desde el escenario tantos rostros cómplices y agradecidos coreando al tiempo los versos que, aunque no eran míos, salían de mi boca.
El otro tema es Coltán, una canción que cuenta las historias de tres niñ@s, el primero cava en las minas dejándose la vida por un poco de coltán. El segundo es un niño soldado, y el tercero, víctima de abusos sexuales por parte de integrantes de la Iglesia Católica.
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