Pues lo dicho, hoy he terminado las tintas del segundo capítulo, el que corresponde al poema "Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo" y en el que vemos a una bonita pareja hernandiana en pleno proceso de cortejos y rubores.
Este capítulo, por suerte, no es tan largo como el primero "Las desiertas abarcas", y consta de 7 páginas.
Mañana empezaré con el tercer capítulo, "El rayo que no cesa", donde ya empezará a vislumbrarse el carácter combatiente e insumiso de Miguel.
No obstante es importante recordar que "Miguel Hernández, La Fontana Eterna" no es un cómic sobre Miguel Hernández en sí, sino más bien sobre su legado, sobre cómo sus textos siguen siendo tan vigentes hoy en día como cuando fueron escritos.
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