Acabamos de entrar en Julio y Miguel Hernández, La Fontana Eterna se acerca a su recta final.
Salvando el último capítulo (uno de los más largos) y algunas páginas sueltas, casi todas las páginas están pintadas (a grosso modo), sin embargo, hace un rato he terminado las sombras de todo el cómic, y eso es un paso muy gordo, ya que, además del color (del cual se encarga Marina) es una de las cosas más pesadas.
Así pues nos encontramos en un punto crucial del proyecto: Si no hoy, mañana empezaré a terminar página por página desde el principio, esto quiere decir añadir degradados, pintar detalles que se han ido dejando en blanco, como zapatillas, posters en las paredes, las portadas de los libros que salen, las bocas, el blanco e los dientes o los ojos,... También es el momento de meter los reflejos de gafas, cristales, añadir nubes y todo lo que da cuerpo a las viñetas. Y por último, añadir página a página, sus tramas correspondientes.
Eso en cuanto a mi labor; Marina por su parte seguirá avanzando con las páginas que le quedan sin pintar (algunas aún tengo que ponerle yo los colores. Pero entre los dos queremos tener terminado el 80 % del cómic para la semana que viene.
Si así fuera, solo quedaría (que no es poco) añadir los textos y crear todo lo que acompaña a las páginas, como portada, contraportada, introducciones, separaciones entre capítulos, etc... Si todo sale bien, en 2 semanas y media, día abajo, día arriba deberíamos tenerlo acabado para poder enviarlo.
No obstante, no podemos asegurar que esto vaya a cumplirse a rajatabla, ya que esta semana he empezado a impartir dos talleres en Acadèmia L'Estudi (uno de manualidades para niños, que se prolonga a lo largo de toda la semana, durante el mes de Julio) y el otro de cómic (en las tardes de lunes y jueves de Julio), y Marina suele llegar tarde de su trabajo, de modo que vamos un poco a contrarreloj; pero haremos lo que esté en nuestra mano para que este cómic salga en la fecha esperada y se cumplan los plazos.
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